sábado, 28 de abril de 2012

Más allá de la racionalidad

El racionalismo, por un lado, acaba por alienarse con el conocimiento puramente instrumental y así como con el progreso, la riqueza, el poder y la codicia; la espiritualidad, como manifestación de la conciencia integral, representa un contrapunto, pues se centra en el ideal de humanidad que busca la justicia, la plenitud, la alegría vital, la compasión y el amor. No podemos prescindir de la razón. Pero tampoco desconocer nuestros impulsos espirituales. Dado el carácter armonizador, la conciencia integral no rechaza el pensamiento místico, sino que lo acepta y (hasta cierto punto) lo consciente.