viernes, 26 de junio de 2015

EL DOCENTE DEL SIGLO XXI

El Docente como Líder
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El docente del siglo XXI tiene una responsabilidad gigantesca, ya que su deber no se basa sólo en ofrecer tradicionalmente las clases, el docente tiene una faena enorme por llevar a cabo. Dicha tarea es la de transformar completamente a esta sociedad, transformarla significativamente, orientando al estudiante no sólo en ámbito académico, sino en los valores fundamentales de la vida, esos valores que son la esencia de todo ser humano y que determinarán su coexistencia en esta sociedad.
Indudablemente, el nuevo docente debe ser un verdadero transformador social, pero también debe ser un líder que lleve las riendas en todo momento, que le de significado a lo que enseña para así cautivar la atención del niño y niña y de esa manera lograr plenamente un verdadero aprendizaje significativo. Pero no sólo la cuestión académica debe estar presente en las estrategias significativas del docente, también esta la dosis humana, la parte del ser, en pocas palabras, debe estar presente el humanismo.
El nuevo maestro y maestra, debe reemplazar profundamente al ser, y cambiar, de esta manera, la perspectiva hacia la vida que tiene la sociedad actual, una perspectiva o visión de vida con una carga de valores contrarios a los verdaderamente humanos, valores heredados de las sociedades capitalistas y de consumo que condenan al ser humano a la más profunda de todas las miserias, la pobreza extrema, el hambre y a la destrucción física y moral del hombre. En este sentido la tarea del docente es colosal, tomando en cuenta que por siglos y décadas nuestra sociedad ha estado influenciada y contaminada de ese paradigma, que ha traído consigo la descomposición de la familia venezolana.
En este mismo orden de ideas es importante destacar la participación del maestro en el proceso de cambio del país. El liderazgo del docente no debe estar presente sólo en la escuela sino en el barrio, en la comunidad, en el campo, en las fábricas, en todos los espacios donde se desarrolla la sociedad.
Por otro lado el docente debe enamorar al niño y niña del trabajo y el docente mismo también debe sentirse enamorado del trabajo para así promover el valor del mismo en sus educandos. Valorar el trabajo desde la perspectiva social debe ser la tarea que el maestro también enseñe, valorarlo como un medio liberador y no esclavizante, un medio a través del cual se construye una sociedad de hombres y mujeres libres y dignos, dándole valor al trabajo y al esfuerzo de todos los que construyen la patria.

El nuevo docente líder, debe ser humano y sensible en todos los aspectos esenciales de la vida, poseer esa empatía con sus alumnos y con los miembros de la sociedad. Para el nuevo maestro el ejemplo es su pedagogía, el maestro líder es un modelo de hombre y de mujer, y, por lo tanto, debe formar modelos de hombres y modelos de mujeres, esos que serán los protagonistas del acontecer social y político del futuro, tal como lo expresaba el maestro Simón Rodríguez; si quieres República, forma republicanos.

Auténticos seres humanos.



     Hay gente que engrandece las cosas, que hace la diferencia por su actitud y su compromiso; es gente especial, auténticos seres humanos con los que resulta una bendición encontrarnos. Esta gente hace dignas las situaciones con su entereza, porque son más grandes cuando pierden que cuando ganan, con ellos provoca ser solidarios pues su actitud humilde nos evoca a lo mejor de la humanidad. Hay gente que tiene una actitud realmente distinta, gente que emociona por su entrega, por su capacidad de lucha, por tener una esperanza que no se quebranta con nada y que, aún estando en la circunstancia más dura, tiene una palabra de esperanza para todos, gente que cuando habla lo hace con mensura, con inteligencia, con humildad y cuya verdad y razón no es ofensiva, ni hiriente, ni atropella; es suya, pero que respeta a las otras por diferentes que sean. 
     Hay gente que tiene una actitud emprendedora, que no se deja ganar por las adversidad  sino que asume una actitud guerrera, luchadora, valiente y que toma los problemas por los cuernos y los enfrenta sin salir corriendo, aunque tenga miedo, aunque sepa que puede perder o salir herido, no se deja vencer sin dar la batalla fuerte. Hay gente que tiene como único rival a sí mismo, busca superarse en todo, sin mirar lo que hacen los otros, sin envidiar , sin amargarse por victorias ajenas, porque otros tengan más y mejores condiciones, ellos dan lo suyo, porque saben que a quien tiene que vencer no es a otro a que las propias limitantes, los propios defectos.
 
     Ellos no ponen el espejo retrovisor para compararse con los otros, sino que se concentran en ir adelante, en superar sus propias metas, en salir delante de los defectos que se tengan. Gente que se empuja y se anima en todo. Hay gente que tiene siempre una sonrisa, que le alegra a uno la vida cuando se encuentra con ella, gente que es especial porque tienen una actitud positiva, tienen una palabra de ánimo y se nota que la viven, que la sienten desde dentro, que no es una postura, que no están fingiendo sino que se gozan lo que son y se sienten felices de ser quién es  y no se cambian por nadie; esta gente alegre comparten su felicidad, muestran motivos para gozarse la vida, están encontrando siempre una motivación, algo bueno, algo por qué sentirse felices. 
 
     También hay gente que se gana el cariño de los otros con facilidad, porque tienen la posibilidad de tender puentes con todos, son empáticos, uno siente que ellos caen bien, que quisiera tener siempre oportunidad de compartir la vida con estos seres humanos. Y quisiera que tú, amigo lector, fueses esos tipo de gente de la que estoy hablando. Que seas alguien feliz contigo, que seas valiente, que seas alguien que busca superarse siempre y que está convencido que los otros son una bendición para tu vida. De verdad, doy la vida para que seas como debes ser, para que cumplas el sueño que Dios tiene contigo; porque estás hecho para grandes cosas, para ganar, para ser un vencedor. No dejes que nada, ni nadie te convenza de lo contrario; ni permitas que exista una circunstancia que te haga creer lo contrario. Ánimo, sé valiente y firme, que Dios tiene puesta su confianza en ti, en lo que eres y puedes, porque te construyó y sabes que eres capaz de grandes cosas, de mejores realidades, sólo necesitas convencerte de ellas y comenzar a conseguirlas. Sé feliz. 


MAESTRÍA EN GERENCIA Y LIDERAZGO

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